lunes, 31 de diciembre de 2012

Feliz Noche Vieja

Aprovechando los últimos minutos de este año, solo quería dar las gracias a todos aquellos que me han apoyado en mi andadura. Poquito a poco se va labrando el camino. Espero que el año que entra sea tan especial o incluso más que el que dejamos atrás. Puede que no estemos acompañados de todas las personas que deseamos que estén con nosotros pero no os quepa duda que mientras tengan un hueco en nuestros corazones y recuerdos en nuestro interior, nunca se desvanecerán ni nos abandonarán del todo.
Un muy feliz año 2013

sábado, 22 de diciembre de 2012

Felices fiestas!!!

Felices fiestas a todos :)
A quién le ha tocado la lotería? A mí... no. Lástima.
Pero cómo se suele decir en estos casos, si no ha habido suerte que, por lo menos, haya salud :)
Dentro de poco daré una buena noticia, solo tengo que confirmarla. Hasta entonces, os deseo Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo a todos

lunes, 10 de diciembre de 2012

Premio Madelon 2012

Ahora sí que sí puedo dar la noticia :) He ganado el premio Madelon 2012 con el relato Lo que la sociedad no puede arrebatarnos!!!! Es el primero de este tipo que escribo :) En breve, lo subiré para que vosotros también podáis disfrutar de él. Ni que decir tiene que me ha hecho muchísima ilusión :)
Aquí os dejo el enlace para que veáis la noticia. Por cierto, para los que no me conozcáis, mi nombre es Pamela Fernández.
Un saludo :)

lunes, 26 de noviembre de 2012

Momento de la actualización :)

Ha pasado un tiempo desde que he actualizado el blog, me disculpo por ello :( no tengo nada de tiempo, ni siquiera para escribir. Triste pero cierto. Sin embargo, no por ello dejo de tener ideas. Normalmente, son en los períodos de más estrés cuando aparece mi musa rondando. ¡Qué se le va a hacer!
Noticias: Tengo empezadas dos novelas, en principio se llamarán La Caja de Pandora y ¿Qué hubiera pasado si Tristan hubiera sobrevivido a Isolda?. Todavía es un poco pronto para adelantar nada, solo que la primera es de ámbito juvenil y la segunda es adulta.
Estoy pendiente de la resolución de un par de concursos. Supongo que el próximo mes saldrán los resultados. Crossing fingers :)
Le he dado vueltas a la idea de mi próxima novela y, además, se me ha ocurrido algo para una serie que empecé en los tiempos de cuando Matusalén usaba pañales XD. Ya veremos en qué queda todo esto.
A mayores solo me queda añadir que estoy estudiando un contrato de publicación para La Prisión del Titán, para aquellos que quieran leer la sinopsis, solo hay que pinchar encima :)
Y eso es todo :) A ver si consigo descongestionar el trabajo de una vez o, al final, me voy a quedar calva por el estrés. Muchos besos

lunes, 5 de noviembre de 2012

Un Halloween para Lily parte 2 :)

Me han llegado noticias de que ha sido difícil descargarse el último relato, que no se ha encontrado el enlace. Sí que está colgado. Lo tenéis tanto en la página de relatos como a la derecha del blog, debajo del prólogo de la novela. Sin embargo, os lo dejo aquí, en este mismo post, para aquellos a los que, como a mí, no se les dé muy bien esto de los tecnologías :) 
De nuevo, deseo que os guste

viernes, 2 de noviembre de 2012

Un Halloween para Lily

Siento mucho la tardanza. Me ha sido imposible colgar el relato antes aunque me hubiera gustado que hubiera estado para Halloween. 
Como veis, he modificado un poco el blog para que os sea más fácil encontrar las cosas. En la página de libros, os informo de lo que tengo publicado mientras que en la de relatos se encuentran lo que tengo como descarga libre.
Como os decía antes, el relato nuevo se titula Un Halloween para Lily, ya está disponible. Los personajes son los mismos que los de mi primera novela así que espero que os guste.

Lily no ha tenido una vida sencilla pero, ahora, con Sam, las cosas parecen haber mejorado. Él la quiere como nunca nadie lo había hecho y la ayuda a superar sus traumas del pasado. Sin embargo, hay algo que no puede hacer por ella y es enfrentarse a su pasado cuando llegue a reclamarla en pleno Halloween. Tiene que superar la Senda de los Pecados para evitar que los muertes campen a sus anchas por la tierra de los vivos durante mil años. ¿Será capaz de hacerlo o sus inseguridades nos condenarán a todos?

En el apartado de relatos tenéis el enlace.

Un beso

miércoles, 3 de octubre de 2012

Octubre

Acaba de empezar el mes de Halloween :)
A quien le guste esta festividad, estará contando los días para que llegue.
En principio, no tengo muchas novedades que comentar. Es bastante complicado sacar tiempo para escribir cuando también tengo que estudiar y hacer los deberes :( 
Sin embargo, que no cunda el pánico. No he abandonado nada. La única pega que hay es que no avanzo como me gustaría.
Tengo varios proyectos abiertos. Unos solo en ideas que me encantaría transformar en palabras y otros que preferiría que estuvieran más desarrollados. Pero como he comentado, la falta de tiempo es un factor importante.
Espero tener noticias más alentadoras en el próximo post :)
Besos

martes, 18 de septiembre de 2012

Las Lágrimas de Uriel


Aquí os dejo la sinopsis definitiva. Como veis, solo he cambiado un par de detalles. Espero que os guste a vosotros tanto como a mí me gustó escribirla :)


La misteriosa Orden de Caín ha comenzado a moverse y sus primeros objetivos son los Protegidos de los Ángeles; es decir, aquellas personas que descienden de familias que, en algún momento de la historia, le han hecho un favor a un ángel y éste los recompensó con un don para alcanzar la Gracia de Dios.
Cordelia Adams se encuentra entre ellos y para evitar que termine entre las esquelas del periódico, San Miguel ha enviado a uno de sus hombres para vigilarla, Jaden.
Él ha estado obsesionado con ella, prácticamente, desde que la conoció y, ahora que la Orden se está acercando, debe conseguir que Cordelia confíe en él lo suficiente como para dejar en sus manos no solo la vida de sus amados hijos sino también la suya propia por no hablar ya de su tan preciada libertad.


                                                      Besos :)

domingo, 9 de septiembre de 2012

Las lágrimas de Uriel

Terminado!!!!!
Ya he acabado de corregirlo. Y me han dado el pase :) Así que lo siguiente es ir al registro y luego cruzar los dedos.
Veremos cómo se desempeñan las cosas.
Cambiando de tema, ya dentro de poquito empiezo de nuevo las clases.
Qué nervios!!!
La pega es que todavía no han colgado ni los horarios, ni los exámenes ni nada. Así es imposible hacer planes.
En cuanto a mis proyectos, como dije la última vez, he empezado uno nuevo. Está muy verde. Creo que ya escribí que iba a ser un juvenil. Otra vez.
Le echaré un vistazo a La luna oscura de Samael. Ya dije que lo haría pero no he tenido tiempo hasta ahora.
Y eso es todo amigos :)
Besitos

viernes, 24 de agosto de 2012

Por fin

Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que actualicé el blog y la verdad es que esta entrada es solo para decir ¡por fin!. Por fin he terminado de escribir la novela. Ahora lo único que tengo que hacer es corregirlo :)
Ha habido unas pequeñas novedades en cuanto a La Prisión del Titán. Sin embargo, por el momento, me las voy a guardar para mí.
Ya he empezado el nuevo proyecto pero todavía está muy verde. Espero que la cosa mejore a medida que vaya escribiendo. Normalmente, son los propios personajes los que me muestran el camino. Por eso los comienzos son tan difíciles.
Nada más de mi parte. Ya sabéis que si queréis comentar algo o hablar conmigo sobre algo, solo tenéis que poneros en contacto a través de mi correo.
Bueno, muchos besos

domingo, 5 de agosto de 2012

Novedades de la semana

Si es que se pueden llamar así.
Acabo de entrar en la recta final de la novela de Las lágrimas de Uriel. Al final, ha resultado ser más larga de lo que me esperaba. Cuando lo tenía todo prácticamente hilvanado para terminar, ciertos personajes, muy descarados ellos (no voy a decir nombres) decidieron que no iban a seguir el camino que yo había trazado y se desviaron alegremente por un pasaje que no había visto. Me molestó bastante, sinceramente, pero, al final, los dejé ganar. Total, es su historia, no la mía. Sin embargo, este giro de los acontecimientos ha hecho que aparezcan otros personajes nuevos que no había tenido en cuenta. Ya veremos en qué desemboca todo esto.
Bueno, ahora vamos al punto número dos: Voy a volver a echarle un vistazo al primer libro. Hay cosas que quiero corregir y, tal vez, sólo tal vez, puede que añada alguna que otra escena. Al fin y al cabo, Sam y Lily se lo merecen.
Tercera novedad: ¡¡Acabo de empezar un proyecto nuevo!! Todavía estoy dándole vueltas pero lo que sí puedo adelantar es que se trata de un juvenil.
En cuanto a la Prisión del Titán, todavía no sé nada. No obstante, estoy barajando varias posibilidades habida cuenta del panorama nacional.
Y eso es todo. A que ahora no parece que esté haciendo el vago, ¿verdad? XD
Voy a aprovechar bien este mes de agosto para adelantar trabajo porque cuando llegue septiembre las cosas serán un poco más complicadas.
Un saludo :)

sábado, 21 de julio de 2012

El dios de la muerte

Hace mucho que no publico una entrada, ¿verdad?
Perdonad, estaba de vacaciones en Marrakech. Mucho calor y muchas especias :)
Bueno, la actualización de esta semana tiene un nombre (chan chan), El dios de la Muerte. Aquí os dejo una aventura de mi detective favorita, Ryssa Boudreaux.
Muchos besos y espero que os guste XD


El dios de la Muerte

Solo podía correr. Sentía el aliento de la muerte rozándole el cuello y enviándole escalofríos por toda la espalda. No quiso mirar atrás. Solo siguió adelante con las palabras que él dijo taladrándole la mente.
¡Cómo pudo haberle creído! ¡Cómo pudo ser tan estúpida y obtusa!
Solo quiso tener a alguien a su lado. ¿Y qué había de malo en ello? ¿Quién podía culparla por no querer estar sola?
De repente oyó a ese diabólico ser gritar su nombre con un cierto matiz de desesperación bajo toda aquella ira. La había visto.
¿Qué podía hacer? ¿Dónde se iba a esconder?
Resonantes pisadas la persiguieron por toda la oscura callejuela. Se acercaban demasiado deprisa. ¡La iba a atrapar!
Intentó acelerar el ritmo pero se resbaló con un charco de agua sucia.
Él estaba cerca. Podía oírlo. Sentirlo.
Se levantó y siguió corriendo pero antes de que pudiera doblar la esquina una gran mano la agarró por el codo y la frenó bruscamente.
̶ Has sido una niña mala, ¿lo sabías?. Y las niñas malas se merecen un castigo.
̶ ¡No, por favor! No diré nada. No he visto nada. ¡No me hagas daño, te lo suplico!
Él esbozó esa sonrisa sesgada que la había enamorado y que ahora solo conseguía darle más miedo aún.
̶ Serás una buena chica ¿verdad que sí? - dijo él en tono amable.
̶ Sí, lo seré. Lo prometo. - respondió ella histéricamente.
La sonrisa de él se hizo más amplia antes de contestar:
̶ ¿Sabes una cosa? No te creo. - levantó el arma y disparó.

***

Una llamada de teléfono me despertó. Miré el despertador con el ojo que había conseguido abrir y vi que los rojos números marcaban poco menos de las seis de la mañana. Mal asunto.
̶ Boudreaux.
̶ ¿Inspectora? Soy el agente Smith. El capitán ha dicho que debe presentarse en la calle Richardson inmediatamente.
̶ ¿La calle Richadson? ¿Y dónde diablos está eso?
̶ Cerca de la antigua cervecería Guiness, en el viejo distrito comercial.
Suspiré audiblemente mientras me levantaba de la cama. Tiempo libre, me lamenté, ¿algún día llegaría a saber lo que era?
No tardé ni veinte minutos en llegar a la escena del crimen. Enseñé mi identificación al agente que estaba allí y pasé por debajo de la cinta amarilla.
̶ Hey, Ryssa. Tienes un aspecto horrible – me saludó mi compañero. Ya podía buscarse una frase más original, la verdad.
̶ Sí, bueno. Tú tampoco eres mi cita soñada. - Jason sonrió mientras me dirigía hacia donde estaba el cuerpo. - Hola, Dick. - saludé al forense. - ¿Qué tenemos?
̶ Mujer blanca. Sin identificación. Entre los veinticinco y los treinta años. No lo puedo decir con seguridad aún pero estimo la hora de la muerte entre la una y las tres de esta madrugada.
̶ ¿Alguna marca? ¿Algo característico?
̶ Nada a parte del disparo a quemarropa. Pero como ya te he dicho más de un millón de veces, hay que esperar...
̶ A que la niña hable – terminé yo por él. Siempre me dice que aunque los muertos no pueden pronunciar palabras, sí que hablan a aquellos que sepan escucharlos. - Gracias, Dick. ¿Puedo retirar el plástico?
̶ Por supuesto. En cuanto hayas terminado levantaremos el cadáver de esta pobre desgraciada. Era muy hermosa, por cierto, si uno mira más allá de la suciedad.
Asentí y retiré el plástico empezando por los pies. Era una manía mía. Voy poco a poco de los pies a la cabeza para apreciar todos los detalles sin que la vacía mirada del difunto me distraiga.
̶ Tiene un tacón roto. - le dije a Jason. - Hay que buscarlo.
Mi compañero mandó a un par de ratas de laboratorio (llamamos así a los de la científica) a reconocer el terreno. Seguí levantando el plástico. Piernas con medias negras agujereadas. Vestido negro de una pieza, liso, de líneas puras, sencillo pero elegante. Justo el estilo de... Sentí un escalofrío y empezó a temblarme la mano mientras terminaba de retirar el plástico.
Solo podía pensar: ¡Que no sea ella! ¡Por favor, que no sea ella!
Pero lo era. Mi mejor amiga. Mi única amiga. Elisabeth Sterling. El recogido estaba deshecho pero se veía que había puesto mucho esfuerzo en peinarse. Estaba finamente maquillada aunque como me había dicho Dick, la suciedad prácticamente la tapaba.
̶ Ryssa ¿qué pasa? Estás muy pálida. - me dijo el forense.
Por detrás de mí oí un ¡Dios mío! y luego sentí una fuerte mano en el hombro. Era la de Jason.
̶ Lo siento, Rys. No sabía que era ella. No le vi la cara.
̶ ¿La conocías? - me preguntó Dick con cara de espanto.
Ignoré su pregunta y formulé la mía:
̶ ¿Quién la encontró? ¿Alguien ha visto algo?
̶ Un vagabundo. No vio nada. Aquí nadie nunca ve nada.
̶ Llévatela ya, Dick. - me recompuse como pude. - Su nombre era Elisabeth Sterling. Lizzie – se me quebró la voz. - Era huérfana. No tenía enemigos que yo supiera y hace nada empezó a salir con un hombre, un tal Jack Fresham. Jason y yo hablaremos luego con él.
̶ ¿Qué haría Lizzie en un lugar como este? - me preguntó Jason.
̶ No lo sé. Esto está muy lejos de su apartamento y de su trabajo. Y no es precisamente un sitio idílico.
Antes de que él pudiera responder los de la científica dieron el aviso de que habían encontrado el tacón. Estaban en la puerta de atrás de la cervecería.
Era obvio que Lizzie había estado allí. La puerta estaba cerrada pero no con cerrojo.
̶ ¿Te apetece pillar algo? - intentó hacer una broma mi compañero.
Se lo agradecí de corazón. Debía distanciarme de la víctima para atrapar al culpable. Se lo debía a mi amiga. Le seguí el juego. Él siempre sabía qué decir para calmarme, era un cielo.
̶ ¿Me vas a invitar a unas ratas a la plancha? ¡Qué romántico! Tú sí que sabes tratar a las chicas.
̶ Y ¿desde cuándo tú eres una chica?
̶ Desde que nací. - y entré a la fábrica antes de que pudiera responderme.
Lo primero que sentí antes de que la vista se me adaptara a la oscuridad, fue la putridez del ambiente. Allí había algo muerto, eso seguro.
Me puse los guantes y saqué la linterna del bolsillo del abrigo. Siempre llevo una por si acaso.
No tardamos mucho en dar con el origen del mal olor. Un cuerpo yacía descomponiéndose a merced de las ratas dentro de una bañera. Había un montón de sangre por todas partes. Era una escena realmente repulsiva.
̶ Avisa a Dick. Me temo que la fiesta aún no se ha acabado.
Mientras Jason iba a buscar al forense yo me dediqué a inspeccionar la zona. No había nada en los alrededores que me ayudara a identificar al psicópata. Tenía que esperar a que la muerta (sí, era otra mujer) le hablase a Dick. Me fijé en que la ropa era bastante cara aunque informal. Vaqueros de diseño, y camiseta y playeros de marca. Tenía anillos en la mano y un par de pulseras. Todo de oro. El móvil no había sido el robo. Tal vez Lizzie había visto algo que no debería haber visto. Puede que hubiera presenciado el asesinato de esa pobre desgraciada, sin embargo, seguía sin saber cómo diablos había terminado en ese lúgubre vertedero.
Unos extraños ruidos me distrajeron. Era como un ronroneo, solo que más fuerte, como si estuvieran royendo algo. Busqué con la linterna y al final encontré la fuente del molesto ruido. Una rata enorme estaba mordiendo una cartera a todas luces de piel. Le arrojé un tubo que encontré tirado y la alimaña salió corriendo.
Recogí el hallazgo y miré en su interior.
¡Pero qué diablos...
Parecía que me estaban jugando una mala pasada. La mujer era Christine Morrison, una periodista sensacionalista que no hacía más que incordiarme.
Llegaron los de la científica junto con Jason, Dick y sus chicos.
̶ ¿Sabes quién es? - preguntó Jason.
̶ Christine Morrison. Una rata se estaba comiendo su cartera. - contesté.
Mi compañero me miró estupefacto y luego adoptó un semblante grave.
̶ Hay que informar al capitán de esto. Sea lo sea lo que está pasando es obvio que tiene que ver contigo.
Terminamos de revisar el lugar. Tampoco había nada.
A eso de las diez de la mañana llegamos a la comisaría. Tenía la impresión de que todo el mundo me miraba por encima del hombro pero seguramente eran paranoias mías. Era imposible que se hubieran enterado aún.
Como todos los días el capitán estaba en su despacho bramando por teléfono. No sé por qué siempre me recuerda a una de esas películas policíacas de Hollywood.
Cuando colgó fue Jason el que hizo la explicación y como era de esperar, me retiraron del caso y me dieron el resto del día libre.
̶ Vamos. Te llevaré a tu casa. - me dijo Jason.
Asentí. La verdad es que no sabía qué más podía hacer. Solo llevaba cuatro horas despierta pero me habían parecido una eternidad.
Arrastrando los pies llegué hasta el coche y cuando lo abrí, me dejé caer como un peso muerto.
Apenas fui consciente del trayecto a mi casa.
̶ Lo cazaremos, Ryssa. - me dijo – Ya lo verás. Tarde o temprano cometerá un error.
̶ ¿Y cuánta gente tendrá que morir para que podamos cogerlo?
Oí cómo suspiraba. Estaba pagando mi mal humor con él, no era justo y lo sabía pero no estaba de humor para disculparme.
Llegamos a mi casa pasadas las once. Me fui directa a la cama. Jason se quedó un rato más pero al final se marchó. Sabía que no me quería dejar sola pero ahora que yo no estaba, era él el encargado del caso. Intenté dormir pero no pude. Solo conseguía pensar en Lizzie. En lo buena que era y en lo mucho que la iba a echar de menos.
Sentí que se me escapaban las lágrimas. Me levanté de la cama. Si seguía así me iba a deprimir.
̶ Me voy al gimnasio. - dije de repente. No había nadie pero aun así necesitaba decirlo en alto.
Recogí mi bolsa y me puse el chándal. Fui a salir pero a punto estuve de chocarme con un niño que iba a llamar a mi puerta.
̶ Perdona. ¿Querías algo, chiquitín?
̶ No soy chiquitín. Soy “gande”. Ya “teno” “etos” – y con la pequeña manita levantó cuatro dedos.
̶ ¡Caray! Eres muy mayor. ¿Cómo podía estar tan equivocada?
El niño se rió y luego me miró fijamente.
̶ El señor “dito” que es “mu” bonita. Es verdad.
̶ Vaya, gracias. Tú también eres muy guapo. - lo cierto es que tenía tan poquita vida social que el que un niño pequeño me dijera que era hermosa me mejoraba bastante el autoestima. - ¿Qué querías?
̶ Un señor amigo suyo me “dito” que le “entegue” “eto”. - me dio un sobre, se despidió con la mano y se metió en uno de los apartamentos del otro lado del pasillo.
Con curiosidad abrí la carta pero no entendí nada. Estaba en otro idioma, que si no me equivocaba, era griego.
Llamé a Jason:
̶ Davis.
̶ Jason, soy yo.
̶ Rys, ¿qué pasa? - me preguntó preocupado.
̶ Me han enviado una carta que creo que está en griego...
̶ Y quieres que te la traduzca. ¿Es que tienes a algún Cirano guardado bajo la manga del pijama?
̶ Para dormir no llevo nada. Bueno, ¿me la vas a traducir o no?
̶ Claro. ¿Qué te parece a la hora de comer? Todavía estoy esperando a que Dick me diga algo.
Suspiré. No quería ponerme a hablar de eso precisamente ahora que había conseguido un minuto de paz. - Te espero donde siempre a las dos. No llegues tarde o tendrás un lugar especial en el despacho de Dick.
̶ No pego con el decorado, princesa. Nos vemos. - colgó.
Cuando guardé el teléfono me di cuenta de que estaba sonriendo. Hacía solo diez minutos pensaba que no lo volvería a hacer. Metí otro tipo de ropa en la bolsa de deporte. Pensaba ir directamente del gimnasio al restaurante. Y aquí viene la parte de preguntar escandalizados “¿con el macuto?”. Pues sí, con el macuto.
A las dos y cuarto ya empezaba a imaginarme la mejor manera de matar a Jason. Detestaba con toda mi alma la impuntualidad
̶ Perdón. Perdón. Sé que llego tarde. No lo pude evitar. - me dijo en cuanto llegó.
̶ Nada te salvará salvo que me digas que estabas en la consulta del médico y que te ha diagnosticado una grave enfermedad incurable y que solo te quedan tres horas de vida.
̶ No es eso. Es que fui a hablar con el señor Fresham y se me hizo tarde.
̶ ¿De verdad? ¿Y por qué no empezaste por ahí?
̶ Porque no me dejaste.
Le miré con cara de pocos amigos y él levantó las manos en señal de rendición.
̶ Resulta que el bueno de Jack estaba fuera de la ciudad por negocios, ¡qué predecible! ¿No te parece?
̶ ¿Has podido comprobarlo?
̶ Sí. Por los billetes de avión, la facturación de la maleta y que su secretaria con medidas de 100, 60, 90 ha ido con él.
̶ Así que solo es culpable de engañar a Lizzie con una tía operada.
̶ Eso parece.
̶ No estás muy convencido.
̶ No tengo nada que pueda demostrar pero no me da buena espina.
Suspiré. Lástima que no pudiéramos encerrar a la gente solo con corazonadas. Cuando fui a enseñarle la carta apareció la camarera y nos tomó nota. Una vez se fue me di cuenta de que Jason llevaba tiempo mirándome fijamente.
̶ ¿Ocurre algo? - pregunté yo inocentemente.
̶ No es nada. Solo me preguntaba si te encontrabas bien.
̶ Hombre, no estoy para echar cohetes pero mejor que esta mañana, fijo.
Y con esa respuesta me sonrió e hizo que sus chispeantes ojos verdes (¿no lo había dicho antes? Unos preciosos ojazos verdes para quitar el aliento) se iluminaran como dos velas reflejadas en hermosas esmeraldas pulidas.
̶ Bueno – me dice - ¿qué querías que viera?
Le tiendo el sobre y mientras lo hago le explico lo del niñito de esta mañana.
̶ Qué raro ¿No te parece? - me pregunta.
La verdad era que sí que me parecía muy extraño por eso lo había llamado en cuanto el niño desapareció. Abrió el sobre y empezó a mirarlo.
̶ Es griego pero es antiguo. - me dijo – La suerte es que no ha cambiado mucho a lo largo de la historia.
Como lo miro desconcertada me explica:
̶ La lengua hablada sí ha evolucionado pero la escrita no tanto, por eso es relativamente fácil comprender lo que pone.
A medida que lee se le va oscureciendo el semblante. No es buena señal y menos cuando me fijo que con la otra mano sujeta el borde de la mesa tan fuerte que los nudillos se le han puesto blancos.
̶ Jason ¿qué ocurre?
Levanta la mano para pedirme que me calle unos minutos más. Al poco deja la hoja en la mesa y me pregunta:
̶ ¿Quiénes la han tocado?
̶ No lo sé. El niño, tú, yo...
̶ Y el que la envió. - termina él. - Vamos. Tenemos que ir a la comisaría.
Me levanto. La camarera nos echa una mirada severa y levanta una bolsa. Yo la sonrío mientras le pago la comida y me la llevo.
Jason ya está en el coche. Me siento a su lado y me quedo callada esperando a que hable, me entrega la carta y me dice que mejor me lo explica delante del capitán para no tener que repetirlo. Así que como es obvio, me quedo con las ganas.
Llegamos en menos de diez minutos y pasamos directamente al despacho del jefe.
̶ Esa carta la ha escrito alguien que se hace llamar Hades y según lo que ha puesto, piensa que Ryssa es su Perséfone.
Lo miro como si me hablara en chino, igual, igual.
̶ En la mitología griega – explica con paciencia – Hades era el Dios del Inframundo, el Señor de los Muertos. A su servicio tenía incontables hordas de monstruos, dioses menores y seres oscuros. Era el encargado de los Campos Elíseos...
̶ ¿Eso no está en Francia? - pregunto intentado hacer un chiste pero por cómo me miró yo diría que no tuvo ninguna gracia.
̶ Como iba diciendo, es el encargado del Elíseo, los Campos Asfódelos y el Tártaro. También era conocido como uno de los Tres Grandes, uno de los hijos del Titán Cronos.
>Perséfone – continúa con la explicación (un poco aburrida, por cierto) – era la esposa de Hades – eso sí que capta completamente mi atención. No me hacía ninguna gracia que un chalado homicida me considerara su mujer. - Según el mito, Perséfone era la hija de Démeter y Zeus. La versión resumida es que Hades la ve, se enamora de ella y decide secuestrarla. Se la lleva al Inframundo. Démeter le pide ha Zeus que haga algo y al final queda todo en un pacto; tenía que pasar seis meses en el infierno con su esposo y otros seis con su madre en el Olimpo...
̶ ¿Y qué tiene que ver conmigo y con los asesinatos?
̶ Para Hades, Perséfone es la personificación de la luz que había perdido muchísimos eones atrás. Para ese psicópata tú eres exactamente lo mismo y por lo que dice, no va a permitir que nadie le quite o manche su luz.
̶ De ahí las muertes de Lizzie y Christine. - medité en un murmullo.
̶ También dice que vendrá a buscarte para llevarte a casa.
Estupendo, el pirado también me quiere secuestrar.
̶ Te pondremos vigilancia. - dijo el capitán.
̶ Se viene a mi casa. Allí le será más difícil cogerla. - dice Jason
̶ De todas formas voy a poner un par de agentes fuera vigilando.
Por lo visto, aquí solo soy una mera espectadora. No importa que sea cinturón marrón en kárate ni cinturón negro en judo. Bueno, si así se sienten más tranquilos... y para que mentir, si voy unos días a casa de Jason, él cocinará para mí y lo que prepara está riquísimo (lo reconozco, soy una aprovechada).
A las nueve de la noche ya estoy instalada en la pequeña casita de mi compañero. Es preciosa, de madera y decorada con estilo sobrio y elegante. En realidad, es un lugar muy reconfortante.
Jason está en la cocina haciendo la cena (¡Bien! Punto para él) y yo me entretengo zapeando en la tele pero la verdad es que no me estoy enterando de nada. Estoy pensando que algo se nos escapa.
Paso unos días en la casa de mi compañero, no sé cuántos exactamente. Cuando no se tiene nada que hacer el tiempo se distorsiona.
Es por la noche. Jason me ha avisado que tardaría en llegar a casa (adiós a la cena. ¡Qué mal!) porque ha surgido una pista. No me ha dicho de qué se trata aún pero de mañana no pasa que me entere. De todas formas, no estoy sola. Tengo dos agentes apostados fuera de la casa, cámaras de vigilancia en todas las habitaciones (salvo el cuarto de baño, obviamente) y un sistema de alarma.
A eso de las diez y media llamaron a la puerta. Cogí mi arma. Una cosa es confiar en los agentes y otra muy distinta es ser tonta de remate.
Miré quién era.
̶ Hola. No molesto ¿verdad?
̶ ¡Dick! Pasa. ¿Qué haces aquí?
̶ Hablé con Jason por teléfono y me dijo que estabas sola así que vine a hacerte compañía.
̶ Gracias. ¿Te apetece tomar algo?
̶ Si tienes algo de vino...
̶ Creo que en el frigo. Ponte cómodo.
Fui a la cocina. Mientras sacaba la botella del refrigerador, llamaron por teléfono. Contesté inmediatamente.
̶ Boudreaux.
̶ ¡Rys! Gracias a Dios que me contestas. ¿Dick está contigo?
̶ Sí, ¿qué pasa?
̶ ¡Tienes que salir de la casa ahora mismo!
̶ ¿Pero qué dices?
Antes de que me pudiera contestar, el teléfono perdió la línea. Cuando miré a mi alrededor vi a Dick sosteniendo un cable arrancado. Por mi mente pasaron un montón de pensamientos y ninguno de ellos fue halagador.
̶ He venido para llevarte a casa. - me dijo.

***

Lo cierto es que aún hoy no recuerdo bien lo que pasó. Todo sucedió muy deprisa. Solo sé que él se me echó encima y que yo lo esquivé y luego todo estaba lleno de policías y Dick no estaba en ninguna parte.
Jason me dijo que consiguió escapar en medio del caos que se formó. Cuando llegaron me encontraron desmayada en el suelo con un golpe enorme en la cabeza. Mi compañero en un principio se temió que estuviera muerta. No estuve en el hospital durante mucho tiempo. Me dijeron que tenía una cabeza muy dura.
̶ ¿Cómo supiste que Dick era el malo? - pregunté a Jason unos días después (todavía seguía viviendo en su casa, ¡bien!).
̶ Fui a hablar con el niño.
̶ ¿Y lo identificó?
̶ Eso fue pura suerte. No conseguí sacar nada en claro pero cuando me iba se me cayó la cartera y el niño, que por cierto se llama Mike, me la recogió y vio la foto que nos hicimos en el cumpleaños de Cramer.
Cramer era un compañero.
̶ Y entonces fue cuando me llamaste y me gritaste como un poseso.
̶ Sí.
Suspiré.
̶ ¿Y ahora qué vamos a hacer?
̶ Por lo pronto tú te reincorporas mañana y en cuanto al psicópata de Dick, te juro que lo atraparemos. Y pagará por lo que ha hecho. - me miró a los ojos y dijo con determinación – Te lo prometo.
Y le creí.




miércoles, 4 de julio de 2012

Primera versión de Ángel de Muerte

Aquí va la actualización de la semana!!!! XD
Esta vez os traigo la primera versión de la canción que incluí en la historia de Adrian y Maddie.
Es que he hecho revisión de papelotes y me la he encontrado. Qué nostalgia!!! =)

Desesperada y sola,
hundida en un tenebroso mar
me encontraba.
Triste y vacía,
en un agujero negro
engullida.

Perdida y sin nadie que me guíe,
grito al silencio que me es devuelto.
Sólo ansío el día en que pongas fin al tormento.

Loco es el tiempo,
si a mi lado no estás
todo es sufrimiento.
Pierdo la alegría,
sin ti me siento vacía.

Si te quedas a mi lado,
ahuyentarás a la oscuridad
que me ha tragado.
No te rindas, no me dejes.
No te vayas y me olvides. 

Loco es el tiempo,
si a mi lado no estás
todo es sufrimiento.
Pierdo la alegría,
sin ti me siento vacía.

Ángel de muerte,
que has iluminado mi vida y
unido nuestras almas en dulce agonía.
Tiéndeme la mano, no me sueltes.
Guíame de regreso a nuestro mundo eterno.

La pobrecita ni siquiera tiene título pero así vote pronto yo diría que le pega algo como Soledad o Vuelve a mi lado. No sé. Tampoco está tan mal, ¿no?

martes, 26 de junio de 2012

Raining tears

Es una pena que no sepa cómo poner la música que imagino en una partitura. Lo único que puedo hacer es escribir la canción y dejar que el resto se imagine la melodía :(
Como bien habréis deducido, el título de la canción es Raining tears. No sé por qué está en inglés, la verdad. La canción es en español pero, bueno, es lo que hay XD
Está inspirada en algo que leí hace poco y lo trata desde el punto de vista de un chico :)

Deja de llorar que me poner triste, preciosa.
Deja de llorar porque no puedo verte así, muñeca.
No es propio de ti mostrarte débil y ensombrecida.
Tú, que eres la misma imagen de la fortaleza.

¿Me puedes decir qué te hizo tan infeliz?
¿Me puedes gritar qué tengo que hacer
para volver a verte sonreír?
Tanto me sorprendiste que no supe reaccionar,
¿qué puedo hacer para que me puedas perdonar?

Si es algo que yo dije,
lo siento, perdóname.
Si es algo que yo hice,
te juro que fue sin querer.
No te deseo ningún mal.
No quiero ser el culpable de más lágrimas.


¿Me puedes decir qué te hizo tan infeliz?
¿Me puedes gritar qué tengo que hacer
para volver a verte sonreír?
Tanto me sorprendiste que no supe reaccionar,
¿qué puedo hacer para que me puedas perdonar?

Tan difícil es hacer que me creas,
tan difícil como hacer que yo entienda.


¿Me puedes decir qué te hizo tan infeliz?
¿Me puedes gritar qué tengo que hacer
para volver a verte sonreír?
Tanto me sorprendiste que no supe reaccionar,
¿qué puedo hacer para que me puedas perdonar?





domingo, 24 de junio de 2012

El sueño de Eros, mi sueño

La actualización de la semana!!!!
Lo sé, lo sé, ya iba siendo hora. Sorry :)
Hoy os traigo un nuevo relato corto que se titula El sueño de Eros, mi sueño.
Espero que os guste :)

El Sueño de Eros, mi Sueño.

Perdido entre las brumas del mundo onírico lo vi, lo sentí, lo viví. En realidad, no existen palabras para describir lo que me ocurrió allí. Todo empezó cuando cerré los ojos. Simplemente, me morí en ese sueño. Mi cuerpo había desaparecido y era sólo mi alma la que vagaba sin rumbo fijo hasta que una serie de notas musicales desfilaron ante mi asombrada mirada, me rodearon como burlándose de mí y se marcharon riéndose al son de un leve compás.
Confundido, las seguí. ¿Dónde me encontraba? Casi temía encontrar una respuesta. ¿Es que me había caído por la madriguera para hacerle compañía a Alicia y al Sombrerero Loco?
Una serie de risas me distrajeron. Delante de mí se materializaron tres mujeres, una más bella que la anterior. Eran muy parecidas entre sí y llevaban puesta la misma clase de ropa, un peplo griego blanco. La primera se acercó a mí y me pasó un brazo por los hombros mientras que me levantaba la barbilla con una flauta y me hacía mirar al interior de sus amables ojos:
Óscar Esplá, ¿sabes quiénes somos? - sonrió. Debió de ser evidente que no tenía ni idea pero ella siguió sonriendo sin ofenderse. - Es la primera vez que nos ves aunque siempre hemos estado contigo...
Te vamos a hacer un regalo. - continuó una de las otras mujeres y vi cómo las notas musicales bailaban alegremente respondiendo al sonido de su voz.
¡Y qué sonido! Un momento, qué llevaba en los brazos, ¿un ganso? Ah, no, un cisne, ¿qué rayos hacía ella con un cisne?
La tercera habló mientras todas se separaban de mí y yo sentía la pérdida en mi corazón:
Afrodita desea que le hagas un favor. Quiere que compongas algo para su amado hijo ahora que se acerca el aniversario del compromiso que tiene con su mujer.
Yo asentí con la cabeza. ¿Qué más podía hacer?
Ellas sonrieron nuevamente y dijeron:
No te preocupes, no estarás solo. Te ayudaremos...
Pero desaparecieron sin que pudiera preguntarles nada más. De repente, todo se volvió borroso y una vorágine de viento, como una tormenta, me tragó lanzándome lejos de las brumas de los sueños a otro extraño lugar. Tuve que cerrar los ojos pues la sensación de mareo iba a acabar conmigo. Sin embargo, de la misma forma súbita en la que vino, se fue.
Escuché un lamento que me invitó a pestañear y vi a una mujer realmente hermosa sentada en el suelo separando semillas. Por sus mejillas caían lágrimas como piedras cristalinas y a su alrededor danzaban las notas musicales, gráciles como el viento. Por cada emoción de aquella mujer, surgía una nueva nota que yo me esforzaba por memorizar y comprender. ¿Qué estaba viendo? ¿Por qué se me estaba mostrando aquella imagen? No lo terminaba de comprender pero tampoco tenía a quién preguntar.
La mujer alzó la cabeza al cielo y murmuró quedamente:
No me rendiré, ¿me oyes? Por él, no lo haré. – y los violines se alzaron como ningún otro instrumento haciéndonos partícipes al resto de la determinación que había en esas palabras.
A mi lado se apareció la mujer de la flauta, con los ojos brillando de comprensión y, tal vez, con un poco de envidia.
¿Lo has entendido?
No del todo. – repuse ya que era la simple y llana verdad.
No te preocupes, lo harás.
La imagen se desvaneció nuevamente y fue enviado a una nueva escena. Esta vez, la hermosa mujer de antes, aunque con el vestido bastante más andrajoso, iba de un árbol a otro recuperando lo que parecía ser una serie de hebras de oro. Las notas la rodearon haciendo patente su aflicción así como su concentración en la tarea encomendada. Una grácil balada de piano la acompañaba en su deber, las notas fluía de la misma forma en que lo hacían sus movimientos. Yo casi los podía sentir a través de la música.
La mujer de la flauta me preguntó:
¿Tienes lo que necesitas?
Sí. – respondí sin pensarlo pues era cierto.
Y en cuanto esta palabra hubo abandonado mi insensata boca, la imagen se desvaneció y resonaron en el aire los tambores y los timbales, anunciando que un gran peligro acuciaba. Miré a mi alrededor asustado, la música era espesa y sombría, me daba miedo lo que me podría encontrar. Escuché un grito; dolor, pena, horror, todo ello transmitido por las notas que vibraban y temblaban a mi alrededor para que pudiera verlas completamente llenas de pánico.
¡Pero qué está haciendo! – exclamé sin poder evitarlo.
La mujer de las dos tareas anteriores estaba realizando una tercera mucho más peligrosa que la anterior. Estaba llenando dos cántaros de agua cerca de donde dormía un peligroso dragón. Las palabras que me hablaban se entrelazaban con la música para explicarme exactamente lo que estaba sucediendo. No había nombres ni lugares específicos, sólo había amor, arrepentimiento y, nuevamente, determinación.
De repente, se apareció a mi lado la mujer que llevaba el cisne en brazos y me dijo:
Aún tienes que ver una última escena.
Creo que palidecí o puede que mi piel adquiriera un tinte verduzco porque ella se apartó dos pasos de mí en cuanto salieron esas palabras de su boca.
Vamos.
Yo, simplemente, asentí y me dejé llevar como venía haciendo durante todo el viaje.
El último lugar al que me enviaron estaba envuelto en las tinieblas del misterio, los violines habían bajado una octava y la canción era susurrante e invitadora como quien está contando un secreto que no debe ser dicho en voz alta.
La mujer estaba hablando con otra hermosa dama vestida con un corsé sugerente y unas faldas largas de color rojo y negro, sus mechones dorados resplandecían como el sol y su piel haría llorar de envidia a la más nívea porcelana. Para rematar el conjunto, una extraña corona engarzada proclamaba que era alguna clase de reina.
Y lo es. – respondió la última de las mujeres que faltaba por aparecer. – Perséfone. – Indicó.
Perséfone le entregó un cofre de madera de ébano a la mujer que había realizado las anteriores tareas y le advirtió que por nada del mundo lo abriera. Al llegar a la superficie, la curiosidad de la muchacha pudo más que la orden de la reina o su sentido común y en cuanto echó un vistazo a su interior… los tambores resonaron y los timbales gritaron que algo terrible estaba a punto de suceder; un sueño, aunque no tengo ni idea de cómo sé que era un sueño puesto que no tenía una imagen determinada, se instaló en la mujer y cayó desmayada…
El sueño eterno. – dijo la voz femenina a mi lado.
Antes de que pudiera pensar en qué contestar, un hombre, no, un dios, descendió de los cielos llorando y al llegar al lado de la mujer dormida susurró:
Amada mía, ¿qué has hecho? – y besándola tiernamente en la frente, continuó. – Te perdono. Regresa conmigo, mi amor. Regresa y estaremos siempre juntos.
Cuando la mujer abrió los ojos, algo dentro de mí hizo una especie de “clic” y lo entendí.
Desperté de nuevo en mi cama.
Salté sobre mis pies sin perder tiempo. Tenía una misión. Por primera vez, las musas me habían hablado y, de verdad, Afrodita me había pedido un favor. Rememoré la aparición Calíope con su flauta y su sonrisa que me ayudaba en la creación de la poesía; los suaves gestos de Euterpe con el cisne entre los brazos que me dictaba el orden de las notas musicales, los inicios sencillos, el dolor, la traición, el arrepentimiento, la determinación y, en definitiva, el amor que sentían los protagonistas, el uno por el otro; y, por último, Clío, mi musa de los acontecimientos, la última en aparecer pero también la última en marcharse. Las tres me guiaron a través de la historia de Eros, de su amor por Psiqué y del de ella por él que la llevó a soportar lo indecible y triunfó. La historia en la que el Amor y el Alma se reunieron y estuvieron siempre juntos.
Un paseo por el sueño de Eros, sonreí; un paseo por mi sueño.

jueves, 14 de junio de 2012

Ángel de muerte

A punto de terminar ya los exámenes, es decir, mañana, he estado mirando viejos relatos, he visto una canción que me inventé hace tiempo y me ha dado un poquito de nostalgia.
Os pongo en situación y después cuelgo la escena.
Adrian, un vampiro que soporta el pecado de la gula, perdió el norte y atacó a Madeline, su Nera, su compañera del alma. Así que para protegerla de sí mismo, la alejó. Sin embargo, ella, que es una cantante muy famosa, le compone una canción para hacerle saber que no tiene de qué preocuparse, que entendía lo que había pasado y que, aun así, deseaba seguir con él.
Uno de los compañeros de Adrian graba el concierto porque él no había querido verlo y, prácticamente, le grita que saque la cabeza del lugar incómodo en el que la tiene alojada:

        En ese momento, Angelo volvió a entrar en la habitación. Dio al botón del mando a distancia que abría el hueco en la pared entre las dos puertas de enfrente de la cama donde estaba puesta la televisión y la encendió.
- Mira esto y haber si así dejas de comportarte como un gilipollas. - pero Adrian apenas lo escuchó porque en la imagen apareció su Maddie. Estaba impresionante con ese traje de cuero negro que se le pegaba a la figura y hacía que sus senos parecieran más abundantes de lo que en realidad eran y sus caderas más estrechas. Pero lo que más le llamó la atención fue que allí, en sus ojos, estaba de nuevo aquella lucecita que siempre lo había atraído. La chispa había vuelto.
- Bueno, - decía ella en ese instante mientras se apartaba con un elegante movimiento de la mano su magnífico cabello oscuro de los ojos del color de las tormentas. - para acabar el concierto...
Seguramente era la grabación de la función de hacía un par de días. Había hecho todo lo posible por mantenerse alejado pero no había podido evitar el recolectar noticias como otros recolectaban verduras. Simplemente, había sido incapaz.
Madelaine continuó hablando.
- …tenemos algo especial para mostraros. Habíamos estado esperando hasta regresar a Los Ángeles pero nos dijimos, ¡qué diablos, por qué no!. Mi nueva canción está dedica al ser que lleva su nombre, a mi “Ángel de Muerte”
“Ángel de Muerte”... era así como ella lo había llamado. ¿Esa canción era para él? Sin darse cuenta se inclinó hacia delante.
De repente, se hizo el silencio en el estadio y como en un suspiro, o tal vez, un sueño, la música fluyó. Sintió que su alma clamaba por regresar a su lado. Lo estaba llamando de la única forma que sabía. En su interior, esa canción le hizo darse cuenta de lo mucho que la necesitaba. Respiraba por ella. Vivía por ella. Y todo eso se lo dijo un lento lamento melódico acompañado de un piano y unas guitarras eléctricas.
La cámara enfocó a Madelaine justo en el momento en que empezó a cantar con esa voz tan hermosa y sensual que tenía. Era como una hechicera. Era capaz de crear magia sólo con unos acordes.

Luna argéntica, noche estrellada;
Ángel de Muerte, de triste mirada.
Lloras por una libertad que te está vedada.
Ven a mi lado, siente mi consuelo,
déjame cubrir todo tu anhelo.

Ángel de Muerte, de triste mirada,
que sufres por tener el alma destrozada.
Si te quedas a mi lado,
ahuyentaré la oscuridad que te ha tragado.
Conmigo estarás siempre a salvo.

La hermosa música se elevó por el cielo, traspasó la pantalla de la televisión y le suplicó que regresara a su lado porque, como decía la canción, con ella estaría a salvo. Lo seducía con insistencia a través de las notas y las palabras.
Madelaine empezó a cantar el estribillo con Hanna y Michael haciendo los coros, mientras en hermano de su Nera (imposible pensar en ella de otra forma que no fuera esa) tocaba con gran maestría el piano tan poco usual en sus manos.

Destino de alma perdida,
en el infierno te hallas, en mar de agonía.
Escucha mi voz, mi dulce tormento;
estoy esperando a tu encuentro.

La música se volvió lenta otra vez obedeciendo una cadencia diseñada para engatusarlo desde el primer tono.
Ángel de Muerte, de triste mirada,
déjame cuidar de tu luz opacada.
Ven a mis brazos, yo soy tu consuelo,
y juntos alcemos el vuelo.

Sonó un solo de piano seguido después con las guitarras acompañándolo y, de repente, su Maddie cogió un violín que estaba al pie de la batería de Russell y empezó a tocar con el resto. Jamás había escuchado algo tan hermoso. Y era para él. Lo había compuesto por él. La música siguió sonando hasta alcanzar un punto, sin lugar a dudas, culminante en la canción, y, de la misma forma que lo había cogido, volvió a dejar el violín donde estaba y volvió a repetir el estribillo.

Destino de alma perdida,
en el infierno te hallas, en mar de agonía.
Escucha mi voz, mi dulce tormento;
estoy esperando a tu encuentro.

Espero que os guste. Tal vez, algún día su historia vea la luz aunque sea de forma modificada :)
Besos